BENEFICIOS DE LOS TEXTILES PLÁSTICOS EN LA AGRICULTURA PROTEGIDA.

POR EDGAR ZUMAYA.

En un planeta de más de 7.8 billones de habitantes, con una tasa de crecimiento poblacional cada vez mayor por año, según con datos de la Organización de las Naciones Unidas, los agricultores y el campo han enfrentado grandes retos para cubrir con la demanda de producción que además cuente con estándares de calidad en sus alimentos. A través de los años, gobiernos, comunidad científica y productores agrícolas han apostado al desarrollo de nuevas tecnologías enfocadas en la agricultura para controlar los factores medio ambientales dentro de un espacio determinado, a la cual se le denomina agricultura protegida, esto para mejorar las producciones en los campos de cultivo, aumentar los rendimientos de cosecha y salvaguardar la seguridad alimentaria.

TEXTILES PLÁSTICOS

Los textiles plásticos son utilizados para la fabricación de estructuras de protección dentro de la agricultura protegida, estos son comúnmente conocidos como mallas agrícolas, tales como malla anti-áfidos, malla de sombreo, malla raschel, malla anti pájaro, malla espaldera, malla antigranizo, ground cover, entre otras. Estas reciben su nombre dependiendo de su función.

Bondades de nuestras mallas.

En general, nuestras mallas suelen ser muy ligeras, lo que facilita su instalación en cualquier cultivo, sirven de barreras físicas para proteger a los cultivos contra agentes fitopatógenos, siniestros por granizo o desastres naturales, quemaduras de sol, prevenir ataques de pájaros o roedores, y evitar el crecimiento indeseado de malezas que compitan por la absorción de nutrientes con el cultivo.

Así mismo, son utilizadas para controlar la entrada de luz y los rayos solares directos, disminuir la temperatura interior, regular la aireación en el cultivo, mantener una humedad relativa adecuada, evitar la pérdida de nutrientes por evapotranspiración, incluso activar el proceso fotosintético de nuestro cultivo según el color de nuestra malla.

Rentabilidad de nuestras mallas.

Redituables. El uso de nuestras mallas es económicamente viable, evidencia científica muestra que la aplicación de estas estructuras de protección, en comparación a un cultivo establecido a cielo abierto. Por ejemplo, en el cultivo de pimiento morrón pueden aumentar hasta en 132.8% los rendimientos con calidad de exportación, incrementar la altura y mayor área foliar .

Proteja su inversión.

Actualmente atravesamos por una transición cultural entre los productores agrícolas empíricos, quienes han desarrollado sus conocimientos a lo largo de los años y adquirido otros de generación en generación, y los productores con apoyo profesional. Los primeros han adoptado una postura de resistencia al cambio tecnológico, usando técnicas obsoletas, mientras los segundos, con una visión a futuro invierten esfuerzo y dinero en mejores rendimientos de producción respaldados del conocimiento científico. El cambio a las nuevas tecnologías agrícolas es sin duda inevitable.

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